El autónomo tiene el doble de posibilidades de caer de baja por trastorno mental. Un mejor equilibrio entre vida personal y laboral, y aprender a identificar los síntomas de estrés inicial, claves para evitarlo.
Descorrer la cortina de silencio que sobre la salud mental persiste ha sido una de las pocas aportaciones positivas de estos años de pandemia. Por primera vez el debate público y mediático discute sobre cómo hacer frente a unas patologías que afectan a toda la sociedad, pero de modo particular al colectivo de autónomos.
El 10,8% de la población española ha consumido tranquilizantes, relajantes o pastillas para dormir y al 4,5% se le ha prescrito antidepresivos o estimulantes. Estos datos que acompañaron la presentación del Plan de Acción 2021-2024 Salud Mental y COVID-19, el pasado mes de octubre, dan medida del volumen del problema.
El autónomo duplica el riesgo de baja por trastorno mental
El informe de La doctora Eva Real, directora de un estudio del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Bellvitge de Barcelona, llegó a la conclusión de que “las bajas por trastorno mental no se explican sólo por motivos médicos”.
Según este estudio, que analizó el contexto de la anterior crisis en España, los trabajadores por cuenta propia tienen el doble de probabilidades de sufrir una baja larga que los trabajadores por cuenta ajena. De modo particular cuando ese autónomo ha cumplido los 50 años.
La sociedad civil también ha tomado cartas en el asunto. El pasado mes de octubre se presentaba AnclaLife, “una iniciativa enfocada a eliminar el estigma que rodea la salud mental en el ámbito de los emprendedores”, según su propia definición. Entre sus iniciativas destaca un acuerdo con la Universidad Complutense de Madrid para investigar las peculiaridades en el desarrollo de esta problemática en el colectivo e impulsar herramientas para solventarlos.
Su fundador, el emprendedor e inversor Diego Ballesteros, ha promovido esta asociación tras experimentar él mismo la soledad con que muchos viven estos episodios. No fue hasta que compartió su malestar en la red social Twitter, cuando se dio cuenta de que no era el único que pasaba por un proceso así, situación que le animó a trabajar por el colectivo.
Prevención, la primera defensa
Los expertos identifican una de las fuentes de los problemas mentales del autónomo en su falta de descanso, físico y mental. Cada jornada la afronta como un sprint, sin asumir que en realidad se enfrenta a un largo maratón, una prueba de resistencia en la que cuidar de su salud mental es vital para llegar a la meta.
Solo cuando se asume la imposibilidad de estar siempre alerta, se está en vías de solución del problema. Dicho de otro modo, cuando el autónomo toma consciencia de la importancia de encontrar un punto medio entre actividad y descanso, está preparado para resolver las situaciones de presión que a diario aborda sin que le erosionen mentalmente.
Lo que sucede es que no siempre es fácil establecer ese necesario orden de prioridades, de ahí la importancia de saber identificar esos primeros síntomas de estrés. Estas señales de alarma pueden resumirse en cuatro síntomas, que acostumbran a escalar a medida que la situación se agrava:
¿Te encuentras irritado?
En muchos casos, la primera manifestación del problema. Se traduce en una situación de enojo generalizado que se vive en el entorno laboral, pero también en el seno de la familia e incluso el grupo de amigos.
¿Te cuesta dormir?
Otro de los primeros síntomas son los problemas para conciliar el sueño. Se calcula que el 70% de las personas con depresión tienen disfunciones de insomnio (le cuesta dormir o permanece dormido durante largos periodos de tiempo) o hipersomnia (somnolencia durante el día).
¿Te molestan las cervicales?
Las tensiones musculares en el cuello o mandíbula, así como los dolores de cabeza leves, también son señales de alerta. Es importante que el autónomo tome consciencia de su cuerpo ante señales como problemas gástricos o colón irritable, también muy relacionados con los procesos de ansiedad.
¿Tienes pensamientos negativos?
Sobre todo, aparecen al final de la jornada, y si persisten son un claro aviso de que la situación se agrava. La negatividad generalizada se relaciona con el agotamiento del cuerpo y mente y puede llegar a acompañada de taquicardias.
Cómo actuar para cuidar de la salud mental
La secuencia más habitual es la de estrés, ansiedad y depresión, por eso el mejor antídoto es actuar cuando el estrés se descontrola. Desde Ancla Live, Gustavo Diez, propone cuatro medidas tan sencillas como efectivas.
Desactivar la red por defecto
La primera de las recomendaciones de este físico y neurocientífico, fundador del Instituto de Investigación Nirakara (Universidad Complutense de Madrid) se dirige a tomar el control de ese mecanismo cerebral que, sobre todo, a la hora de conciliar el sueño muestra como fotogramas de una película en bucle las tareas que preocupan al autónomo. Para desactivar esa corriente de pensamiento, es necesario desconectar horas antes de ir a la cama dando un largo paseo, leyendo un libro o, simplemente, relajándose frente al televisor o los estudios.
Practicar la meditación
Para lo que recomienda especialmente la práctica del mindfulness. Estos ejercicios y meditación son compatibles con la vida del autónomo abogado ayudándole en tareas como disfrutar del momento, aprender a priorizar y sobre todo, lograr una mayor estabilidad emocional.
Atender las relaciones sociales
El autónomo tiende a estrechar su círculo social apremiado por las obligaciones profesionales. Un error, ya que la familia y los amigos son medicina para el cerebro, porque el contacto humano agradable genera oxitocina, una hormona muy eficiente para contrarrestar el estrés.
Mantener un estilo de vida sano
La cuarta de las recomendaciones quizá sea la más básica y efectiva para mantener la salud mental. Comienza por establecer un buen reparto de tiempo entre las obligaciones laborales y personales, e incluir en estas últimas tiempo para la práctica deportiva y la alimentación sana.