3 noviembre 2023

Qué aportan las humanidades a las empresas

Autor: Vicente Ballesteros, Alumni de la Acreditación Internacional en Consejos de Administración y Buen Gobierno por el Instituto de Gobernanza Empresarial(*)

 

La humanidad ha cosechado victorias, logros sociales, avances científicos y tecnológicos que nos han hecho sentirnos todopoderosos, pero la realidad implacable nos recuerda nuestra fragilidad.

Asistimos a un punto de inflexión en el que confluyen hechos disruptivos de gran impacto. Avances científicos y tecnológicos, el calentamiento no sólo del planeta sino también de la economía, las guerras o el pulso China – EEUU, generan incertidumbre y complejidad.

Muchas personas cuando afrontan disrupciones se sienten frágiles, con ansiedad, pero el miedo y la incertidumbre puede paralizarnos. Históricamente hemos establecido marcos de seguridad y progreso frente a situaciones inciertas. Los movimientos humanistas del Renacimiento y La Ilustración son ejemplos de ello.

En este contexto, el liderazgo excesivamente racional y controlador del siglo XX ya no sirve. Genera organizaciones acobardadas y desalentadoras, donde las nuevas ideas fracasan porque no se aprecian. Tantas veces se ha escuchado “debemos hacer lo que nos ha funcionado siempre, no vamos a hacer probaturas”. Organizaciones endogámicas, con visiones monolíticas.

La mayoría de las empresas en España son pymes que difícilmente sobrevivirán a medio plazo si no reenfocan su estilo de liderazgo. Empezando por la humildad. Nótese que “humanidad” y “humildad” son palabras con la misma raíz, “humus” (tierra). Ser humilde es recordar que eres humano. Despojémonos de la soberbia y de los sesgos cognitivos. Las organizaciones que crecen y son sostenibles gestionan la mejora constante de los resultados a través de la adaptación y el aprendizaje.

La gran oportunidad es el Management Humanista (imprescindible libro de Xavier Marcet y Javier García), que nos ofrece las claves para crear empresas antifrágiles que, lejos de ser arrasadas o debilitadas por las crisis, salen de las mismas más resistentes y mejor posicionadas.

Un enfoque humanista entiende la rentabilidad sostenible. La sostenibilidad se basa en la comprensión de que las empresas deben vivir en simbiosis con su entorno, la supervivencia a largo plazo depende de 2 factores:

  • La salud de la propia empresa, su rentabilidad presente y futura.
  • La salud del medio en el que vive.

 

Las empresas deben tener un impacto positivo en la sociedad y sólo es posible si son rentables. Si generan márgenes crecientes, que les permitan mantener su ventaja competitiva, gracias a desarrollar elementos diferenciales.

Estos elementos diferenciales se crean a partir de competencias clave. Aprendí de mi experiencia en contratar a Igeneris, la mejor consultora especializada en innovación, que las competencias clave son las capacidades sobre las que debe pivotar la estrategia. Son el resultado la combinación única de habilidades, procesos, tecnologías, activos y valores que aportan un beneficio al cliente o una mejora en costes, son muy difíciles de copiar, sostenibles en el tiempo y exportables a otros mercados adyacentes.

Después de más de 25 años de experiencia en todo tipo de compañías y escenarios, y haber gestionado la adaptación constante y radical a los cambios, he llegado a tener pocas convicciones inmutables. Una de ellas es que el principal factor de éxito, la principal competencia clave, es trabajar con las personas adecuadas.

Se crean empresas antifrágiles (Taleb) generando capacidad ambidiestra (Marcet), para equilibrar entre explotación (resultados del presente) y exploración (creación de futuro). Yo priorizaría en 3 áreas:

  • El buen gobierno corporativo
  • El liderazgo efectivo
  • Los clientes adecuados

 

Y el ingrediente clave para el éxito en las tres es la inteligencia emocional, que siempre ponga a las personas delante de la tecnología. Marcet habla de humanidad aumentada.

 

El Buen Gobierno Corporativo

La toma de decisiones y la supervisión son claves para garantizar la supervivencia a largo plazo.

Me gusta mucho la recomendación de Jordi Canals (profesor de Corporate Governance en el IESE) sobre centrar la agenda del gobierno corporativo en los fundamentos (he hecho ligeros añadidos):

 

Decisión y/o supervisión de CORTO PLAZO LARGO PLAZO
1.- Estrategia

 

Posicionamiento e implementación ESG – Propósito, Visión, Meta, Iniciativas, Nuevas capacidades, cartera de negocios, inversiones estratégicas
2.- Desarrollo de personas y liderazgo

 

Talento, contratación, rotación, ambiente Misión y valores, desarrollo de líderes y compromiso
3.- CEO

 

Evaluación del CEO Planificación de la sucesión, desarrollo de liderazgo
4.- Resultados financieros

 

Liquidez, rentabilidad, gestión de riesgos, legalidad Creación de valor, mercado de capitales
5.- Clientes e innovación

 

Satisfacción de clientes, asignación eficiente de recursos Palancas de crecimiento, fidelización de clientes, propuestas de valor
6.- Desarrollo institucional Relaciones con grupos de interés Convertir a la empresa en una institución respetada.

 

No hay un buen gobierno corporativo sin miembros que aporten valor en cada punto de la agenda.

En última instancia, el buen gobierno corporativo demanda la profesionalización en todas estas tareas, mediante la incorporación de personas adecuadas. Para que un consejo sea efectivo es clave la diversidad, en términos de amplia complementariedad de perfiles y debe estar compuesto por individuos humildes, respetuosos, que practiquen la escucha activa y posean integridad, inteligencia emocional, pensamiento crítico, independencia, dedicación, experiencia en gestión de cuentas de resultados y personas, propósito sincero con impacto social positivo y mentalidad de crecimiento.

 

El Liderazgo efectivo

El reto de empresarios y directivos es tomar decisiones sin todos los datos y con la mente clara. Hoy más que nunca se necesita inteligencia emocional, pensamiento crítico, capacidad de resolución de problemas complejos gracias a enfoques diversos y mentalidad de innovación continua. Comprender la perspectiva humana, practicar una comunicación efectiva, promover diversidad cultural y fomentar la ética empresarial. Y, no menos importante, flexibilidad estratégica y financiera. Me encanta el concepto de opciones para unas finanzas ágiles que explica Javier García en el libro Management Humanista.

Implica guiar a las personas hacia metas comunes y asegurar que todos avancen en la misma dirección. Siguiendo las ideas de otro gran comunicador, Jordi Alemany, lo que se necesita es una mentalidad de conexión, crecimiento, confianza y propósito.

Y hacer crecer el talento de los empleados. La capacidad de crecimiento de una empresa está limitada por contar o no con personas adecuadas. Por tanto, la atracción, el desarrollo y mantenimiento del talento son básicos para la fiabilidad de la estrategia.

 

Los clientes adecuados y la cultura de innovación continua

La rentabilidad resulta de la generación de ingresos recurrentes mediante procesos eficientes. Implica tener clientes fieles que prefieren nuestras propuestas de valor frente a otras alternativas y están dispuestos a pagar por los beneficios que perciben.

Es en este punto donde algunas de las mejores cualidades humanas deben brillar:

  • La curiosidad y el instinto para identificar nuevas oportunidades. Idea que transmite el libro La Estrategia de los Océanos Azules de W. Chan Kim.
  • La empatía para desarrollar nuevas propuestas de valor que generen beneficios que nadie más es capaz de conseguir. La lectura del mejor libro de management que he leído, Competing Against Luck de Clayton Christensen, simplemente esencial.
  • La inteligencia para controlar la dopamina generada por los pedidos poco rentables y enfocar los recursos en los clientes que valoran lo que hacemos. El libro de Peter Cheverton Key Account Management nos da pistas muy interesantes.

 

Implantar un programa de innovación continua es la única forma de garantizar el crecimiento sostenido. Podemos seguir creciendo en nuestros clientes actuales con nuevos productos y servicios que les aporten más beneficios, encontrando nuevos clientes (y adecuados) con necesidades similares en otras geografías o en nuestros competidores, pero en el contexto actual las empresas más rentables trabajan desarrollando nuevas ideas, nuevos modelos de negocio en mercados adyacentes en crecimiento.

Un programa de innovación continua trabaja en desafiar los dogmas del mercado, identificar nuevas tecnologías, adoptar nuevos paradigmas sociales o económicos, descubrir y entender los Jobs to be done de los clientes (sus necesidades funcionales, sociales, emocionales, sus obstáculos o problemas actuales, sus expectativas) y desarrollar las competencias clave para crear embriones de nuevos negocios, testarlos y ser eficaces en su implantación.

 

Para lograrlo, es esencial poseer y desarrollar habilidades de inteligencia emocional.

La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y de los demás para que la toma de decisiones se base en mentes claras y no obnubiladas por emociones exacerbadas como la ira, el miedo, la ansiedad o la euforia.

Y es gestionar la motivación intrínseca y duradera, gracias a la serotonina. Se basa en tener propósito compartido, autonomía, sentido de pertenencia y reconocimiento.

En resumen, al reconocer que las empresas son creadas y gestionadas por y para seres humanos, que desde nuestra fragilidad afrontamos lo complejo y lo incierto, podemos iniciar lo que Javier Marcet llama un “Nuevo Renacimiento” basado en el Management Humanista. Lograremos crear organizaciones antifrágiles cuyo éxito se basa en la capacidad de sus personas para gestionar la rentabilidad sostenida, equilibrando explotación del presente con exploración y creación del futuro. Esto se logra sólo a través de un buen gobierno corporativo, un liderazgo efectivo y la apuesta por los clientes adecuados, que trabajen la innovación continua y la lógica de cuentas clave, comprendiendo la importancia de cultivar la inteligencia emocional y la conexión.

 

BIO

(*) Vicente Ballesteros, Alumni de la Acreditación Internacional en Consejos de Administración y Buen Gobierno por el Instituto de Gobernanza Empresarial, es socio del área de Mejora de la Gestión y de la Gobernanza en Iniesta Consulting. Coordinador de la Comisión de Estrategia y Expansión en el Consejo de Innovación y Buen Gobierno. Tiene experiencia como miembro del gobierno corporativo de filiales y más de 25 años como directivo en grandes multinacionales pymes, empresas familiares y participadas por capital riesgo.

Además, es Licenciado en Derecho. MAJ y MBA (IE Business School).  Escuela de Consejeros de la AED, IESE y KPMG. Facilitador de Evaluación y Desarrollo de Talento con TTI Success Insights y de Innovación de Modelos de Negocio con Igeneris. Business Mentor en la Fundación para el Conocimiento Madri+d.