Autora: Wendy Boscá – alumni y miembro del Club de Consejos del Instituto de Gobernanza Empresarial.
A punto de estrenar nuevo año, hacemos balance y reflexionamos sobre las prácticas que más se han consolidado este año, así como las tendencias que anticipamos en 2023. Recordamos como a comienzos de año, apostábamos porque la palabra de 2022 sería “diversidad”, si bien, “inflación” comenzó rápidamente a escalar puestos tanto en el ranking y como en la preocupación de todos a nivel mundial. En las últimas semanas, el término “policrisis” también va sumando adeptos y todos nos preguntamos ¿qué nos deparará el 2023?
Conversamos sobre todo ello con Wendy Boscá Watts, ejecutiva internacional de recursos humanos, alumni y miembro del Club de Consejos del Instituto de Gobernanza Empresarial a quien le preguntamos sobre los retos y tendencias de liderazgo a tener presentes en la Gobernanza de nuestras organizaciones.
Flexibilidad y bienestar del empleado
Aun cuando vemos que muchas compañías están llamando de vuelta a sus equipos a las oficinas, la mayoría de las organizaciones han adoptado sistemas híbridos de trabajo que están demostrando ser efectivos. Si los canales de comunicación y los mecanismos de reunión en su compañía están tecnológicamente adaptados para poder ser igualmente efectivos con los equipos que se encuentren en la oficina como los remotos (ya sea desde casa o en otras delegaciones), está usted más que aprobado. Si, además, sus directivos y mandos se sienten capaces de gestionar con la misma eficacia a sus equipos en este nuevo formato híbrido, realmente merece buena nota.
Desde la pandemia, muchas organizaciones cuyos procesos y canales de comunicación estaban diseñados desde la presencialidad, se adaptaron para comunicar y trabajar en formato virtual. Obligados por la emergencia sanitaria, las relaciones de trabajo se transformaron logrando operar de manera virtual. Pero, tal y como apunta Wendy Boscá, el verdadero reto consiste en conseguir el mismo nivel de alineamiento y motivación en un entorno híbrido, cuando tenemos a parte del equipo en la oficina y al resto trabajando desde casa o desde otras geografías.
Si bien es cierto que muchas organizaciones realizaron las inversiones necesarias para adaptarse tecnológicamente a la obligatoriedad de operar virtualmente que impuso la pandemia, hemos observado una fuerte tendencia este año a retornar a la ansiada presencialidad. Sin embargo, la gran mayoría de nuestros equipos, especialmente los jóvenes, considera la flexibilidad de trabajar de manera remota total o parcialmente, como uno de los diferenciadores más importantes a la hora de elegir un trabajo. No debemos perder de vista las posibilidades que se han generado para empresas y trabajadores al contratar el talento allá donde esté, e integrarlo en la organización sin necesidad de trasladarlo físicamente. En adelante, deberemos prestar atención para que aquellos trabajadores que no se encuentren en la oficina no queden excluidos de la dinámica diaria de los equipos. Lograr una comunicación eficaz, rapidez en la toma de decisiones y ejecución, operando en entornos híbridos continuará siendo uno de los retos principales de los líderes actuales.
Y todo ello, teniendo a la persona y su bienestar en el centro de las políticas y prácticas de las organizaciones. La pandemia ayudó a recordar la importancia de cuidar de la salud y bienestar de nuestros equipos, por lo que las organizaciones que no lo hayan hecho aún, adoptarán políticas de bienestar o wellness en los próximos meses si quieren tener una propuesta de valor del empleado competitiva. Las organizaciones con políticas ya maduras de wellness, están yendo más allá de los tradicionales programas de salud física y mental, ofreciendo, por ejemplo, formación en la llamada “salud financiera” a sus empleados, enfocada a mejorar la gestión de la economía personal o familiar considerada hoy una de las principales causas de estrés.
Atracción y fidelización del talento desde la Diversidad e Inclusión
A pesar de la incertidumbre y retos que a buen seguro tendrá el nuevo año, continuará siendo un mercado del empleado, donde el talento es quien escoge el proyecto y no viceversa. Mientras no se invierta la tendencia en la pirámide demográfica y la competencia global no amaine, ésta debería ser nuestra premisa cuando desarrollemos nuestros planes de atracción de talento. Obsérvese como ya no hablamos de selección como antaño, cuando teníamos un gran pool de demandantes de empleo donde escoger; ahora el mercado laboral está cambiando las reglas de juego y, según comenta Wendy Boscá “los esfuerzos desde los equipos de gestión de personas en las organizaciones se centran en diseñar planes para atraer, desarrollar y fidelizar el talento. Los directivos tenemos que acostumbrarnos a pensar que estamos continuamente compitiendo para resultar atractivos a nuevos empleados y para fidelizar el talento que tenemos en nuestra organización. Invertir en desarrollar la cantera de candidatos internos incentiva a los miembros de nuestras organizaciones, atrae a talento externo, además de mitigar los riesgos de sucesión tan esenciales en la Gobernanza”
No olvidemos que, según un reciente estudio de McKinsey valorando el impacto del fenómeno de la “Gran Dimisión”, este año aún un 40% de empleados a nivel global se planteaban cambiar de trabajo. Debemos construir -entre todos -una cultura que resulte atractiva para las distintas generaciones que conviven en el mercado actual de trabajo y que resulte inclusiva de verdad. Al fin y al cabo, tener una práctica clara de Diversidad e Inclusión, resultará la mejor herramienta para fidelizar el talento que ya no siente el vínculo casi vitalicio de los trabajadores “tradicionales”, que prefiere trabajar por proyecto y que necesita motivación continua (¿no la necesitamos todos?) Parece pues que la tendencia hacia la Gig Economy continuará entre nosotros unos años más y las organizaciones tendrán que asegurarse de estructurar y planificar bien sus procesos de onboarding para hacer frente a una alta rotación.
Motivar en entornos complejos cuidando de la persona
Al preguntar sobre las tendencias de 2023, Wendy Boscá cree que uno de los aspectos diferenciadores del liderazgo en los próximos meses, será la capacidad de motivar y transmitir una visión estratégica en un entorno de complejidad e incertidumbre, a equipos multigeneracionales y muy diversos, sin perder el foco en la persona.
Según comenta, estamos ante un escenario global de disrupción generada por una multitud de factores; las secuelas de la pandemia, la incertidumbre derivada de la invasión de Ucrania, la crisis energética y de materias primas, la elevada inflación y el encarecimiento de la financiación, unido a la lucha geopolítica de la tecnología que no se lo va a poner fácil a los líderes en este nuevo año. Por ello, cobrará una mayor importancia, la capacidad para liderar en este entorno ya acuñado de “policrisis” y motivar a nuestros empleados cuando todos están preocupados por su economía doméstica y la estabilidad laboral.
Según el último estudio de AlixPartners, el 98% de las organizaciones encuestadas declaró que contemplan la necesidad de revisar y cambiar su modelo de negocio en los próximos tres años, también observamos como algunas de las Big Four se están reorganizando para poder hacer frente a un incremento de demanda de sus servicios en el área de restructuraciones. Todo ello, en un entorno que continúa condicionado por la escasez y revaloración del talento y las carencias en las cadenas de suministro que esperamos se mitiguen a lo largo del año próximo.
Ante este panorama de volatilidad y disrupción, se hace imprescindible que los líderes sean más estratégicos, si cabe, siendo capaces de navegar esta incertidumbre creando y transmitiendo a sus equipos una visión, generando empatía en grupos muy diversos, donde conviven distintas generaciones y, por tanto, muy distintos factores motivadores e incentivos. Valoraremos especialmente aquellos que saben tomar decisiones difíciles y lograr el respaldo de los equipos, aquellos que no sólo acepten, sino que promuevan la diversidad de pensamiento en sus equipos y alimenten la creatividad como mecanismo de anticipación en la toma de decisiones. Liderar desde la motivación y no el miedo, siendo impulsores de cambio y creando un ambiente inclusivo. Es aquí donde la gobernanza juega un papel fundamental, asegurándose de que los líderes de sus organizaciones promueven estas competencias sin perder de vista el bienestar de la organización.
De nuevo nos preguntamos, ¿qué palabra definirá el 2023? Con permiso de la ingeniosa campaña navideña de una conocida marca de elaboración cárnica ¿adoptaremos realmente la palabra “colapsidumbre”, dícese de la mezcla de colapso e incertidumbre?