El activo intangible gana valor en un mercado en el que la confianza de marca y la innovación son cada vez más importantes. Los expertos aconsejan aflorar este patrimonio invisible en el balance general para atraer al inversor y dar estabilidad al crecimiento.
El valor de los intangibles en las grandes empresas españolas en 2021 representó el 38% de su capitalización, el 5% más que un año antes. En conjunto, el valor del activo intangible de la empresa española no ha dejado de crecer en los últimos 25 años, pasando de los 43 millones de dólares en 1996 a los 440 millones de dólares de 2021.
El cálculo es de la consultora especializada Brand Finance, que anualmente publica el informe de referencia en el sector, Global Intangible Finance Tracket. En su última edición de 2021, su ranking sobre 59.000 empresas cotizadas lo encabeza Microsoft, que fue nombrada la compañía más intangible del mundo desplazando a Apple a la segunda posición. En buena medida este ascenso se justifica en la acogida de su plataforma Teams, consolidada como el entorno más habitual de trabajo colaborativo en las empresas. En tercera posición se ubica la empresa Saudi Aramco y como cuarta, Amazon.
Este estudio defiende en cada edición la trascendencia de los activos intangibles en valores empresariales como la estabilidad y la rentabilidad. En su última edición se asegura que las compañías más intangibles han sido las que mejor han sorteado la crisis derivada de la pandemia por COVID-19, un periodo en el que la reputación de marca ha sido esencial en el sostenimiento del negocio.
“En tiempos de crisis, las marcas, especialmente las más valiosas y fuertes en sus categorías y mercados, se convierten en un refugio seguro para el capital”, explica David Haigh, presidente y CEO de Brand Finance.
Teresa de Lemus, directora de la consultora en España, insiste en su importancia: “Los intangibles son la palanca sobre la que construir una oferta de valor que compita en los mercados abiertos, pues en ellos reside gran parte de la diferenciación. La clave está en identificar los intangibles que le están generando valor y en gestionarlos adecuadamente”.
Qué es el valor intangible
En definición de la Real Academia Española, el activo intangible “está compuesto por derechos como patentes y marcas, que no se concretan en bienes materiales pero tienen un valor liquidativo”. De hecho, en las grandes corporaciones, el intangible pesa cada vez más en su valoración total, lo que sin duda representa un reto por la dificultad que entraña su valoración.
Intangibles son los desarrollos tecnológicos pero también la marca, el uso del big data y de sus relaciones corporativas, las franquicias o los derechos de autor.
Tipos de valor intangible
Son muchas las clasificaciones que se ofrecen desde el ámbito académico, pero una de las más aceptadas diferencia entre ocho tipologías:
- Propiedad intelectual: patentes, derechos de autor, marca, saber hacer…
- Derechos contractuales: royalties, franquicias, acuerdos de licencias, arrendamientos…
- Marca: desde el punto de vista del consumidor y valor de mercado.
- Intangibles duros: intangibles avalados por un contrato como el fondo de comercio o las licencias.
- Datos: la información de sus bases de datos, por ejemplo, de clientes o proveedores.
- Derechos no económicos: el más habitual son los acuerdos de no competencia con otras organizaciones.
- Relaciones: asociado al talento de sus recursos humanos y las relaciones que pueda tener con otras empresas y organizaciones.
- Derechos o contratos públicos: derechos de explotación sobre recursos, como las perforaciones, o sobre servicios, como la sanidad.
El valor del activo intangible en la empresa española
En conjunto, los activos intangibles de las empresas españolas representan el 38% de su valor, pero en el informe de Brand Finance resulta interesante ver cómo se pondera en los principales sectores económicos.
Los sectores más intangibles en España
Energía, Banca y Telecomunicaciones son los tres sectores españoles con mayor valor empresarial. Sin embargo, el triunvirato cambia desde el punto de vista del análisis de su intangibilidad, quedando del siguiente modo:
- Energía
- Distribución y supermercados
- Ingeniería y construcción
Otro punto de vista significativo, es conocer los sectores en los que los intangibles aportan porcentualmente más a su valor total. En este caso, los tres primeros son:
- Internet y software
- Tecnología
- Distribución y supermercados
La recomendación de Brand Finance es que el tejido empresarial español enfoque su crecimiento en los sectores “de actividad más innovadores y con mayor nivel de intangibles a nivel internacional tales como tecnología, farmacia, salud, cosmética y cuidado personal, alimentación, servicios comerciales o distribución”.
La importancia del intangible en el informe financiero
Otra de las recomendaciones de Brand Finance es aflorar los activos intangibles empresariales para que los inversores y el resto de grupos de interés tengan conocimiento de su potencial. Según sus cálculos, las empresas españolas solo declararon el 40% del total del valor intangible que atesoran en sus informes financieros.
Algo que ocurre por “las limitaciones actuales de las reglas de información financiera, que establecen que los activos intangibles generados internamente, como las marcas, no pueden divulgarse en el balance general de una empresa”, explican.
El desconocimiento de esta información lastra la captación de financiación y el propio crecimiento de la compañía. Como ejemplo de buen proceder, se cita a la empresa Apple, cuyo crecimiento en los últimos 25 años ha tenido mucho que ver con las expectativas generadas por sus intangibles.
La recomendación de la consultora es cubrir este vacío informativo, y para lograrlo hace una serie de recomendaciones de buenas prácticas de gobierno corporativo:
- Identificar los intangibles clave de todo el negocio, tanto generados internamente como adquiridos.
- Proporcionar una opinión sobre el valor de esos intangibles en las notas a los estados financieros.
- Proporcionar una opinión sobre el valor comercial general en la fecha del informe, para ayudar a los inversores a comprender si su capital se asigna o no de manera eficiente.