Perspectivas

17 noviembre 2022

Maite Valiño: “Nadie nos enseña que una de las formas de hacer realidad lo que nos gusta es emprendiendo”

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER EMPRENDEDORA

 

Ingeniera, emprendedora y business angel, Mayte Valiño representa a esas empresarias que además de crear riqueza lucha por dejar un mejor mundo a sus hijas.  

Puso en marcha su proyecto empresarial (Grupo Atlante) coincidiendo con la maternidad. “Fue duro pero era mi momento. Lo importante es que cada mujer encuentre esa oportunidad de valorar la empresa como un modelo de desarrollo profesional y personal, una posibilidad para la que no nos educan”. En el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, conversamos con Maite Valiño, socia y directora general de Grupo Atalante y business angel.

En 2015 la bandera de Grupo Atlante se izó en La Coruña, ciudad de nacimiento y residencia de esta ingeniera, hoy ondea también en Madrid, México y Colombia. Esta firma acompaña a sus empresas clientes en su estrategia de crecimiento a través de servicios de apoyo en arquitectura e ingeniería, tecnología y consultoría. En 2021, el proyecto se completó con ITH, firma de ingeniería civil.

En paralelo fundó Lareira Inversiones, sociedad desde la que Valiño canaliza su labor como business angel en startups, principalmente, lideradas por mujeres. Ahí destacan inversiones en fintech como Hippo, o en empresas de educación en línea bajo demanda como la mexicana Cloom, o la española Real Impact, esta última destinada a la formación de ejecutivos.

Es su forma de apoyar al mundo emprendedor, “esas personas capaces de ejecutar los sueños en los que creen”. Un sueño que, según explica, “les genera una imparable ilusión y un reto, pero también generosidad, porque sacar una empresa adelante requiere de un gran esfuerzo personal”.

Para Valiño es importante que esa realidad sobre el mundo de la empresa forme parte del proceso educativo: “Nadie nos enseña que una de las formas de hacer realidad lo que nos gusta es emprendiendo. Y este déficit es aún más importante en las chicas por la falta de referentes”. Por ello, en una fecha como el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, reivindica que se divulgue la cultura empresarial en el colegio y la universidad.

Objetivo que podría cambiar realidades como que solo el 13% del emprendimiento en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEAM en acrónimo en inglés) sea femenino. Realidad que le ha llevado a sumarse a la asociación Woman Angels for STEAM (WA4STEAM) y en acciones personales como explicar qué es empresa en el colegio de su hija:  “Me encanta, porque entienden mucho más de lo que esperaba, sin embargo, esto habría que plantearlo de una forma estructural dentro del sistema educativo, para que todos sin distinción puedan estar concienciados sobre el potencial del emprendimiento”.

Pero quizá en la escala de prioridad de muchas mujeres llega un momento en que lo profesional no es lo primero…

Hay una etapa en la vida de muchas mujeres en que deciden invertir más en su familia, que requiere un gran esfuerzo, entre otras cosas, en tiempo. Históricamente hay una parada, y ahí están las estadísticas, ya no solo en la diferencia entre el número de emprendedores y emprendedoras, también en la brecha salarial que es cuando se acrecienta. Por eso es tan importante seguir trabajando en la conciliación, porque hay que proteger la familia pero concienciando a la mujer de que puede emprender antes o después de la maternidad, e incluso durante como hice yo, aunque sea un poco locura. Yo no me arrepiento porque lo hice en el momento en que necesitaba un cambio.

Una decisión que le llevó al éxito: ¿cómo lo ha logrado? 

Con trabajo y perseverancia. La constancia es válida para todo, pero especialmente en el trabajo. Además, no hay que desanimarse, ni ponerse límites, olvidar esa parte más acomplejada que te dice, ‘esto no lo puedo hacer yo’, porque es mentira.

Pero no siempre sale bien…

El fracaso y el éxito forman parte del proyecto. Hay que aprender de lo que sale mal para intentar no volver a repetirlo, pero dedicando el mínimo de tiempo posible. Es fácil tomártelo como un tema personal, y lo correcto es entenderlo como parte de un proceso que debes de superar.

¿Hay diferencias entre el liderazgo femenino y masculino?

La gestión es diferente, ni mejor ni peor. Las mujeres tenemos algo, que es a la vez positivo y negativo, y es que enlazamos todo. Nuestro cerebro no solo ve la parte laboral, también la familiar y personal, que metemos en un mismo cajón. Por un lado, esto resta, por ejemplo, ralentizando el crecimiento, pero esa capacidad de conectar todo también enriquece el proyecto y nos permite funcionar con mayor empatía.

Por el contrario, yo creo que en el hombre que se dedica a una cosa, la entrega es total. Alabo mucho que su cerebro funcione de esa manera, es más rápido, tajante, enfocado, pero es verdad que también pierde la riqueza de las diferentes perspectivas.

¿Esa capacidad femenina de análisis 360º es de utilidad en sus inversiones como business angel?

En las inversiones tengo claro que hay un punto más racional, hay que ver y entender los números, estudiar las rentabilidades, etc, pero eso no es incompatible con un punto de emoción. Para mí es también importante el feeling que tenga con esa inversión y con el equipo que lo lleva. Debe ser porque las mujeres somos más emocionales y pasionales.

¿En qué se concretan esos valores en el acompañamiento que hace a las startups por las que apuesta?

Al margen de la inyección de capital, intento estar cerca para ayudar en la gestión. No invierto si no tengo la posibilidad de ese contacto. Sé que son ellos los que controlan el core del negocio, pero en muchos casos no tanto sobre gestión empresarial, financiación o control de costes, y ahí mi experiencia puede aportar. Aviso con antelación por lo que va a pasar, se trata de que visualicen lo que implica el crecimiento y tengan preparados los pasos necesarios para acomodarlo, ya sea para ir construyendo los valores de empresa o la política de contrataciones.

¿Encajan hombres y mujeres igual esos consejos?

No. Es común, que el CEO sepa siempre que es la persona capaz de hacerlo, controla la tecnología, y tiende a cuidar de su proyecto como si fuera su bebé. Y en ese sentido el hombre lo protege más, lo quiere hacer él solo, quizás porque no le gusta mostrar sus debilidades, mientras que a una mayoría de mujeres le gusta sentirse acompañada, siempre que se actúe con el tacto suficiente para no sentirlo como una intromisión.

En las últimas semanas, hablamos mucho de empresas como Meta o Twitter, y no siempre para bien, ¿hay un cambio de ciclo en la empresa tecnológica?

Yo no soy ninguna experta, pero como business angel lo que sí que he visto es que en estos años atrás ha habido mucha inversión, pero no seguimiento para que la startup llegara donde debía. Está claro que el inversor siempre va asumir riesgo, pero ya no vale con que una de cada diez inversiones dé rentabilidad, ya no se entrega el dinero, el gestor se lo gasta, y se acabó. Ahora, se valora más el proyecto y al equipo gestor, y se exige el cumplimiento de KPIs. Y yo creo que es positivo acabar con la locura que se ha vivido en el sector, y dar otra vuelta de tuerca hacia la profesionalización de la startup y de los fondos de inversión.